Sé que te he hablo mucho de mi padre…No puedo evitarlo…es amor, agradecimiento, si, una enorme gratitud…hasta el último día de mi vida agradeceré su apoyo y ese amor tan grande que le tuvo a mi madre y a mí.
En aquél tiempo, se dio una enfermedad que los médicos le llamaron "fuga de cerebros", las personas caían y en ese instante se vertían en una hemorragia falleciendo instantáneamente, pero Dios fue bueno con nosotros y mi padre, cayó desmayado, se le vino la hemorragia pero milagrosamente , aunque estuvo debatiéndose entre la vida y la muerte pudo salvarse…Ante el asombro de los médicos pues quienes habían padecido esa enfermedad no habían vivido para contarlo. Fue su primera cirugía, la primera de varias más que vendrían y yo ni siquiera imaginaba.
Como siempre fue y ha sido me tocó hacerme cargo de todo. Desde su internación, su convalecencia, pero lo hacía con gusto, feliz de que Dios me hubiera concedido traérmelo de regreso a casa, a Christian, mi pareja, siempre le habían incomodado los hospitales así que por lo regular andaba sola, pero me sentía fortalecida por su amor y trataba como siempre he hecho, de aceptar a las personas tal como son.
Saber que me amaba era suficiente para abrirme paso ante las adversidades y derrumbar los muros, que tuvieran que derrumbarse.
Sin embargo, en ese tiempo, el destino me tenía preparadas más sorpresas. Mi padre biológico, aquél que me abandonara antes de nacer, había llegado al rancho de la abuela buscando a la hija abandonada. Cuando recibí el mensaje de que quería conocerme mi primer respuesta fue NO ME INTERESA…pero…luego cambié de opinión quería verlo a la cara y que me dijera ¿Porque? ¿Porque nos había abandonado? Y finalmente ¿Por qué volvía? No lo necesitábamos…cuando era una bebé y mi madre tenía que luchar por un lata de leche, era cuando lo habíamos necesitado, AHORA ERA MUY TARDE.
Mi madre no sabía que el ingrato había vuelto, así que yo deseaba saber cuál sería su reacción, ésa noche le pregunté:
“Madre, si ese hombre volviera algún día, sí vuelve… ¿qué le dirías?”
Mi madre me respondió con esa frase acuñada por las mujeres en mi familia cuando nos negamos a comprender las razones de nuestro corazón, me contestó, NO LO SE, mientras un par de lágrimas rodaban por sus mejillas…La abracé arrepentida y le conté de su regreso…ella me dijo que lo viera, que lo perdonara como ella ya lo había hecho.
No fue un gran encuentro. No era ese gigante cruel y despiadado que había imaginado cuando niña. Era un hombre común y corriente, ya entrado en años, económicamente le había ido muy bien, nos saludamos de manera parca y cuando él ya no pudo resistir me dijo ¿PORQUE ERES TAN DISTANTE Y FRÍA CONMIGO? Entonces le contesté:
- Creo que lo heredé de mi padre muerto.- Pero al instante de haberlo dicho me arrepentí, muy tarde para evitar ver sus ojos humedecidos por el llanto. Entonces agregué…
- Creo que lo heredé de mi padre muerto.- Pero al instante de haberlo dicho me arrepentí, muy tarde para evitar ver sus ojos humedecidos por el llanto. Entonces agregué…
-Lo siento, ¿Sabes? Es solo que no puedes pedirme efusividad…eres un completo extraño para mi.
-Está bien, hija ¿Puedo llamarte hija? Yo…este…cómo está tu madre
-Muy bien, encontró el mejor padre que pude desear. Nos rescató del abandono…Me ha dado una carrera…Estamos bien.
No necesité preguntarle nada él solo empezó a hablar.
-Tu madre es la única mujer a la que he amado…Cuando me fui a EEUU no sabía que estaba embarazada…allá tuve un accidente que me tuvo en cama por varios meses… alguien me escribió diciéndome que ella estaba embarazada…yo dudé…me volví loco de celos, pensando que me había engañado…ahora se, al verte, que no fue así.
-Eso no es cierto...!!! Tú sabías muy bien que mamá estaba embarazada, ya no es necesario más mentiras. Que bien que ya reconoces que soy tu hija o quizás necesites una examen médico para comprobarlo.
-No hija perdóname. Aunque sé que no tengo perdón
-Está bien, mira, mi madre me ha enseñado a dar el perdón…pero no me pidas más…me debo a mi padre. Recién acaba de restablecerse de una operación, pero gracias a Dios se salvó.
-Lo quieres mucho
-Si
El dolor en sus ojos me dolió pero el amor por el hombre que tenía convaleciendo en casa sanó mi alma y pude tocar su mano y decirle:
-En mi corazón no hay rencor y siempre que me necesites estaré contigo.
Entonces, él agachó su cabeza y al mirarme de nuevo me dijo:
-Veo que has tenido un gran padre.
Esa fue la única vez en mi vida que conocí y vi a mi padre biológico. Nunca lo procuré no por rencor sino por respeto a mi padre, el que no me engendró pero a quien le debo todo.
Aquél día, al caer la noche, por un momento me sentí mi madre…y pensé que le diría a ese hombre que tanto había amado…aquél que me había abandonado a mi suerte, si después de tantos años volviera…Y así nacieron dos poemas "Si vuelves" y "No lo se", sin duda dos de mis poemas favoritos.
NO LO SE
Tal vez me amaste una noche incierta
y al día siguiente me dijiste adiós
tal vez fui todo en la desierta
y nostálgica alborada de tu amor.
Tal vez fui alguien o quizás fui nada
o más bien ni siquiera presentiste
la grandiosa ilusión que me embargaba
por acercarme a ti, por ser tu amada.
No lo sé… No lo sé
¡Oh, Dios como quisiera comprenderlo...!!
Más no sé si me amaste o fue el deseo
Lo que embriagó tu corazón de hielo.
Solo se,
que te amé hasta el cansancio y sin medida
que si no me diste nada ¡Yo te di mi vida!
y si la ausencia borró de tu mente mi recuerdo y mis caricias,
en mi perduraras día tras día.
Hasta que el corazón cese en su vuelco
y en mí ya no florezca la poesía.
Hay quienes dicen "Perdono pero no olvido", yo no se vivir con sentimientos a medias o rencores, en verdad perdono de corazón, simplemente que hay un respeto y lealtad a quienes han estado a nuestro lado y no podemos abandonarlos por aquellos que nos condenaron al olvido y que por fin "deciden" volver, que por fin "deciden" que ya somos dignos de estar en sus vidas, llamale venganza o rencor, yo le llamo lealtad a quien en mi caídas, me llenó de amor.