Decepcionadas y abandonadas mi mami y
yo llegamos al rancho de la abuela.
Las cosas no eran sencillas ni para mamá,
ni para mí yo era hija de María Esther, la hija abandonada por un padre que ni
siquiera había deseado conocerla cuando nació. Eso convertía a mamá en una madre soltera a la que mis tíos no le perdonaban
lo que para ellos era una ofensa a la familia.
El rancho de la abuela era muy próspero,
además de sembrar la parcela la abuela se dedicaba a la cría de animales, pollos, cabras,vacas, era una mujer muy activa y por
ello atender todo eso no era suficiente así que aparte tenía una pequeña
refresquería la cual era muy visitada, por los deliciosos raspados que vendía
con miel preparada con su propia receta o quizás por la belleza de sus hijas
que la atendían o por las dos cosas.
En las vacaciones de verano mis tíos
llevaban a mis primitos a la playa, que
era lo máximo en ese tiempo, también les permitían
subir con ellos al tractor mientras recorrían la parcela. En cambio a mí me
ignoraban.
Fui la sobrina no deseada por mis tíos,
sin embargo, yo tuve algo muy valioso,
el amor y la ternura de mi tía María Concepción, a quien cariñosamente le
llamábamos la tía Conchita. Un cabello negro azulado, ojos color miel
ligeramente rasgados, un rostro en forma de corazón y de un cuerpo
espectacular, pero eran su trato dulce y su nobleza lo que más cautivaba y atraía de ella.
Mi tía Conchita se hacía cargo de mí
cuando mamá tenía que trabajar en la ciudad. Una noche llegó a nuestro cuarto con una charola, una
cafetera y dos jarritos y me dijo mientras servía café en ellos
-Hoy tomaremos café mi Coyito*
-Pero no me gusta tía Conchita
-Te gustará, anda, ten….Toma
el jarrito con las dos manos, Ajá…Muy bien…No, aún no lo bebas, está muy
caliente, acércate el jarro a tu boca y sopla, sopla tres veces…Una, dos ,tres,
eso es, ahora toma un poco….Vuelve a soplar y tomas otro poco… ¿Te
gusta? Te lo he preparado con mucha
azúcar.
En esos días mi tío Genaro le dijo a la abuela que yo ya no
era un bebé y debía comer como todos en la mesa grande, que mi tía Conchita me
malcriaba llevándome la comida a nuestro cuarto.
Las decisiones de mi tío eran la ley,
si la abuela decía que el cielo era azul
y mi tío decía era verde….Pues créeme, el cielo… era verde.
-Concha va a hacer de esa
chamaca una curra* – había dicho mi Tío
Así que ese día el tío me hizo
sentar al lado suyo, mi tía Conchita había colocado una almohada sobre mi silla pues yo no alcanzaba la altura de
la mesa. Me sirvió el desayuno y cuando estaba a punto de servirme la leche mi
tío habló:
-Leche no, ya no es una bebé,
sírvele café –Luego dirigiéndose a mí, agregó-Y hay de ti que tires una sola
gota sobre el mantel porque te pongo una chinga*-Yo sólo asentí.
Mi tía conchita no protestó, me
sirvió el café alegremente, luego acarició rápidamente mis trenzas para después
con mucha naturalidad sentarse al lado
mío.
Todos empezaron a comer y mis primos se me quedaban viendo expectantes….Yo… tomé
el jarrito con las dos manos, lo acerqué a mi boca, sople una…dos…tres veces al café y empecé a tomar de él. Algo más que
un café dio calor a mi pequeño ser en ése día...fue el amor inconmensurable, de mi tía Conchita.
Glosario(Del lenguaje popular mexicano)
*Coyito: Diminutivo de Socorro.
A quienes tienen por nombre Socorro acostumbra decírseles Coyo, en el caso de
mi tía al llamarme Coyito era un diminutivo cariñoso de mi segundo nombre.
*Curra: Esta palabra tiene
muchas connotaciones, en ese lenguaje coloquial, cuando te decían ¿A dónde vas
tan curra? Su significado era guapa,
elegante, cuando los tíos se referían al trato especial que mi tía me daba su
connotación era niña “Fresa” mimada, inútil.
*Chinga: derivada del verbo
"chingar" una expresión popular mexicana de la que derivan infinidad
de significados, en este caso iguala la palabra, pegar muy muy fuerte, como para que no lo olvides nunca, molestar, y mucho más.
Es una palabra utilizada por la clase popular mexicana con diferentes connotaciones. aunque en las altas esferas de la clase social mexicana este término es considerado una grosería o mala palabra debido al auge de este vocablo la Real Academia de la lengua española ha decidido aceptarla formalmente.
Es una palabra utilizada por la clase popular mexicana con diferentes connotaciones. aunque en las altas esferas de la clase social mexicana este término es considerado una grosería o mala palabra debido al auge de este vocablo la Real Academia de la lengua española ha decidido aceptarla formalmente.
Por ejemplo:
Cuando mi tío decía “Te voy a
poner una chinga” quería decir “Te voy a pegar tan fuerte que no lo olvidarás”
Otro ejemplo:
En el lenguaje popular cuando alguien te dice “Te
quiero un chingo” quiere decir “Te quiero con toda el alma, más que a nadie en
el mundo, algo así como un "Te amo" elevado a la máxima potencia” La utilización de esta palabra sea en
positivo o negativo es para denotar fuerza en lo que pretendemos expresar.