Lo más difícil y doloroso de aceptar en esta vida es despedir a un ser querido y saber que nunca más podrás tocarlo, abrazarlo…hablar con él…Sabes que estará siempre en tu corazón pero eso nunca es suficiente.
Después de dos meses de internamiento de
mi padre por insuficiencia renal, los médicos lo declararon en fase terminal y
justo en ese instante me encerré en una burbuja de negación, mañana o tarde platicaba
con él, aunque no pudiera responderme, por las noches le pedía fervientemente a
Dios “Que se hiciera su voluntad…” Pero en el fondo quería que fuese mi voluntad,
tener a mi padre más tiempo conmigo. Mi madre siempre ha sabido como sacarme de
mis burbujas, así que esa noche, en casa, mientras preparábamos unas mudas de
ropa para cambiarnos en el hospital me habló sin preámbulos.
-Mira hija, creo que ya es tiempo de que
aceptes que tu padre nos dejará en cualquier momento, ya debía de hacerlo, los
médicos no se explican cómo puede seguir aún con vida, pero yo sé por qué….Tú
lo estás deteniendo hija.
-Pero mamá
-Hija, entiendo tu
dolor, pero él está sufriendo, mucho…Quiero que hoy subas y me ayudes a
despedirlo…Y óyeme bien, te quiero fuerte
-Si mamá…tienes razón,está
sufriendo demasiado ya y tú también,aunque no me lo digas.
Mi padre ya no articulaba palabra sólo en
breves momentos despertaba, así que esa noche mi madre y yo esperamos uno de
ésos lapsos y cuando abrió sus ojos, mi madre le habló
-Viejo….Quiero decirte
que no debes preocuparte por nada,estaremos bien.
Entonces, en ese momento, mi padre volteó a
verme…Partiéndome el alma con su mirada, mi madre toco su rostro y prosiguió
-¿Es tu Socorrito
quien te preocupa?
Mi padre
volteó nuevamente hacia a mi
-No te preocupes, ella y
tus hijos, tu hija, todos estaremos bien
Ya no pude más y me
acerqué abrazándolo, mientras un mar de lágrimas golpeaba de manera frenética en mi pecho le murmuré:
-Estaré bien papito….Te
amo.
Mi madre viéndome a
punto de flaquear retomando la palabra le dijo:
-Puedes marchar
tranquilo viejo, todos estaremos bien, haremos
una oración, encomiéndate a Dios,
tu pensamiento sólo a él mi viejo
Esa misma noche, un 4 de julio, el cielo
llegó y mi padre marchó con él Mi madre siendo tan fuerte se derrumbó y cayó en
desmayo, sólo alcanzó a decirme “Hazte cargo de todo, ya sabes que hacer” y en
ese mismo momento fue internada. Entonces, salí, subí a mi auto, entregué a Dios
mi dolor y llore´…lloré con todas mis fuerzas, hasta que sentí que ya no podía llorar más. Luego sequé mis lágrimas,
me maquillé con rapidez y le pedí a mi
Dios me congelara el corazón para no
sentir el dolor y sacar adelante todo lo que se tuviera que sacar. Dios siempre
me escucha y así lo hizo.
Llegué al anfiteatro del hospital a identificar a mi padre y empecé a hacer todas las gestiones para su traslado a nuestro
Ejido.
Es increíble la fuerza
que Dios te da cuando te acercas a él y le entregas tu dolor.
En el Valle, de donde somos, no se acostumbran las funerarias,
los difuntos se velan en los porches de sus casas y son enterrados en un
panteón muy grande bajo la loma de un cerro.
Esa noche, en el porche de la casa del
Rancho mi padre era velado y mi madre había sido trasladada al hospital del
pueblo por su incontrolable presión y
diabetes. Casi a la media noche tenía que recogerla, la habían dado de alta
así
que le pedí a mi hermana Rocío se quedara velando a un lado de papá pues la
gente se había ido retirando a descansar.
-¿Y para que…? –Me
respondió-¿Tengo que sentarme a un lado
del féretro?
-Sí, yo iré por mamá
-¿Y porque aquí? Me iré
a la sala, no pasa nada
-La abuela me contaba que
cuando se están velando a nuestros
difuntos, fuerzas del mal y del bien están peleando por su alma, que debemos
estar con ellos para que puedan llegar al cielo….o de lo contrario son llevados por las sombras
-La abuela Uufffff… no creo nada de eso
-Pero si crees en la ley
de nuestra familia de la hermana mayor,
no me mires así como tu hermana mayor te
ordeno estés la lado de nuestro padre hasta que vuelva.
Así que fui a recoger a
mi madre, ya amanecía, con los rayos del sol llevamos a mi padre a recibir los "responsos" de la iglesia y de ahí nos trasladamos al panteón.
Es costumbre de donde somos, cuando se
va a dar la cristiana sepultura que los hijos mayores, sean los primeros en
palear y echar la tierra sobre el féretro, pero mis hermanos estaban sumidos en
su dolor, a lo lejos, bajo de los árboles, entonces pensé…”No te dejaré solo,
papá…Seré tu hijo mayor si es necesario” Pero cuando tomé la pala un amigo de
mi padre me la quitó y me dijo “Nomás eso faltaba, no hija, nosotros te
ayudaremos” .Entonces arrojé sobre le féretro una rosa y lo que acá llamamos “un puño de tierra” ,sin
lágrimas, adormecido el dolor, con la valentía que su ejemplo me había dado,así despedí a mi padre, el que no me dio la vida, pero me arropó como propia y
a quien en estos momentos le debo lo que fui, lo que soy y lo que seré.
MI PADRE
Padre no es
quien engendra otro ser
y lo da en el olvido…
Padre no es
quien usando un querer
sólo ve por sí mismo.
Padre no es
quien golpea y humilla
sin ninguna razón
padre no es
quien deja su semilla
entre hospicio y dolor.
No se diga que es padre
¡Tengo un nombre mejor…!!!
Mi padre es
quien al rayo de sol
acompaña mi vida.
Mi padre es
esa fuerza de amor
¡Entre cielo y caída…!!!
Mi padre es
quien me ha visto crecer
entre noches y aurora
Mi padre es
ése ángel que Dios….
me mandó sin demora.
in memorian