Aquél fin de
semana era el primer viaje con mis indígenas después de la partida de Ricardo.
Era algo que inconscientemente había estado postergando. Ese viaje, los
paisajes, las muchachas, todo, todo me recordaba a él y no sabía si podría
soportarlo pero había una promesa ante
él y ante mi misma de sacar adelante a las muchachas. También venían a mi mente
las palabras de "Mujer que viene del Mar", aquélla promesa que le
había hecho al decirle “ME CUIDARE SERÉ
FUERTE Y REGRESARE.”
La llegada fue
emocionalmente muy fuerte, tan pronto como bajé de la camioneta y vi a las muchachas se rompió mi corazón, me
sentía tan sola, libre al fin de mi verdugo pero en espantosa soledad por la
ausencia de Ricardo.
"Mujer que
viene del Mar" se abrazó a mí y
ambas conteníamos las lágrimas, ésa pequeña tan frágil me sostenía para no
caer, mi ser amenazaba con derrumbarse, entonces me dijo “No este triste
maestra él está aquí ahora, nunca la
dejará”
Después de las
asesorías se ofreció una ceremonia de luto y bendición para Ricardo, “Mujer que
viene del mar" y sus hermanas entonaron un canto acompañadas por
instrumentos autóctonos elaborados por ellas mismas, según me contaron no hay
una traducción sobre ese canto, su mensaje se fue perdiendo en el tiempo pero
ha sido cantado por generaciones como una ofrenda a los seres que han partido.
Pude sentir cada palabra dulce y nostálgica
como un bálsamo de amor, no necesitaba una traducción para entender la plegaria
concebida en la bella melodía, en ese instante mientras se ofrecía el canto a
Ricardo pude sentir su presencia a mi lado, una suave caricia de viento rosó mi
piel como un suave y delicado beso…la sensación era tan fuerte, tan real que
podría jurar que estaba entre nosotros…mientras el llanto corría silencioso
sobre mi rostro, "Mujer que viene del Mar" entonaba su canto con tal vehemencia, estremeciéndonos
de emoción, un canto dulce, doloroso, fuerte…tempestuoso y divino como el mar,
como su profético nombre.
“Él está aquí ahora…nunca la dejará”
Esa noche, ya en casa,
al recostarme en la almohada sentí unos brazos ceñir mi cuerpo, entonces una
oración brotó de mis labios…
Señor, llénalo de luz, cúbrelo con tu gloria…Y entre sueños
musité:
-Estaré bien Ricardo…Descansa en paz.
SUAVE CARICIA DE VIENTO
Suave caricia de viento
-Es tu recuerdo el que llega-
es el llanto lo que ciega
lo que agolpa el sentimiento.
Suave caricia de viento
no se lleva mi pasado
aún se percibe a mi
lado
lo que añoro, lo que siento.
El tiempo no da el olvido
de tu risa, de tu voz
porque a pesar del adiós
sigues siendo, el más querido.
Suave caricia de viento
-Es tu recuerdo el que viene-
este corazón no entiende
que es en vano su lamento.
Que es en vano su lamento…