En ese tiempo mis padres estaban felices, tenían una hija que no sólo llevaba su carrera como maestra educadora con éxito, sino que además se realizaría como cantante, si, en serio, se les veía felices. Fueron tiempos muy bellos, de nuevos comienzos.
Esa mañana íbamos en mi auto, mi padre me había pedido que lo llevara a un asunto, no me dijo cual, pero de súbito me pidió que parara el auto, me tenía que decir algo, algo importante.
-Hija, necesito que hablemos.
-Dime papá.
-Hace muchos años, mucho antes de conocer a tu madre, tuve una relación con una mujer, ahora al parecer ser tengo una hija-Soltó su última palabra entre risa y nerviosismo.
-Oh, papá…es…no sé qué decir.
-Seguro estás decepcionada de mi.
-No, nunca papá-No podía ver el rostro de mi padre, aparentemente veía hacia afuera de la ventanilla del auto, estábamos frente a un parque, varios niños jugaban y supuse que su mirada estaba en ellos, quizás su mirada sí, pero su pensamiento no.
-Me han dicho donde vive, quiero ir a conocerla, ¿Me llevarías?
-Claro que si papá… ¿Ahora mismo?
-Si hija, ahora mismo.
Mientras conducía rumbo al domicilio que me diera mi padre muchos pensamientos llegaban a mi mente.
Una hija… ¿Cómo sería? Honestamente tuve celos, zozobra, inseguridad. Seguro tendrían muchas cosas que hablar y mi padre, ¿La querría más que a mí? Finalmente aunque no se hubieran conocido ella si era su hija de sangre, rápidamente esa nube gris de nostalgia, inseguridad y tristeza se posó sobre de mí y sentí… una silenciosa tristeza, trataba de contestar la conversación de mi padre pero sentía que en cualquier momento echaría a llorar, me desplacé rápidamente así que pronto llegamos a nuestro destino.
Aunque él me invitó a que lo acompañara decidí quedarme en el auto y fingí revisar mi portafolio porque no podía ni siquiera sostenerle la mirada. Mi padre aún con todo y su bastón llegó rápidamente a lo que era una cuartería, tan pronto vi que entró respiré hondo.
Me sentía tan culpable por no compartir con él la alegría y emoción por conocer a su hija. Sin embargo, nada de lo que creí que sucedería ocurrió, los gritos de una mujer me trajeron al presente.
-Lárguese de aquí, no quiero verlo nunca... ¿Me escucha? ¡Nunca…!!
Papá se acercaba hacia mí, muy despacio, el sombrero ocultaba su pena pero su cuerpo, el caminar cansado, denotaban su derrota, entonces me dejé ir hacia la puerta de la cuartería donde había entrado la mujer y mandando a volar toda mi esmerada educación le grité:
-¿Qué te pasa? ¿Por qué le gritas así?-Pero la mujer había dado el portazo ignorándome-¡Sal de ahí para enseñarte como se trata a un padre…!!!
Entonces la mujer se volvió, ambas nos miramos fijamente.
Al mismo que tiempo mi padre se volteó hacia mi y con su voz entrecortada me suplicó:
-No hija, no…Llévame de aquí, vayámonos…-Con su mano temblorosa se aferraba a la mía.
Me retiré con mi padre, lo conduje hasta el asiento y me dolió el alma escuchar un gran suspiro al arrancar el auto. No le dije nada, era demasiado su dolor y temía también por su salud, ya algo afectada de unos años atrás.
Unas calles antes de llegar a casa detuve el auto y él habló
-Su madre le ha mentido hija, tiene mucho rencor hacia mí, pero yo no sabía de su existencia…tu sabes hija que de haberlo sabido la habría reconocido.
-LO SE papá
-Su madre la envenenó en mi contra, con todo lo que le dijo no me extraña que me odie.
-Dale tiempo papá y perdóname, por gritarle, me encendí de coraje, jamás permitiré que nadie te falte al respeto papá, cuando la vida termine de golpearla recordará todo esto y sabrá lo que ha perdido. Porque eres un padre maravilloso…tanto, que tuve celos de perderte.
Entonces mi padre, con sus ojos llorosos y su voz entrecortada me habló:
-No…no, eso nunca sucederá…Eres MI HIJA, me has dado tanta felicidad, siempre estaré a tu lado y aun cuando Dios me llame a su reino… de todas formas, estaré contigo.
Entonces, bajé del auto, abrí su puerta y llena de emoción y un dulce dolor me abracé a él.
-Papá…
-Hija, mi hija…mía
Minutos después, llegábamos a casa, sin la nube gris, mi alma radiante y esperanzada.
-Me preocupa tu madre-Me dijo- tengo que decirle, se molestará.
-Seguro que si-Yo reía-Sucederá eso y te hará cientos de preguntas-el rostro de mi padre estaba consternado-Pero papá, lo que no fue en nuestro año, no es en nuestro daño. Eso sucedió mucho antes de que mamá y tú se encontraran, aún no sabías que conocerías a una mujer con una pequeñita de cinco años y que te enamorarías perdidamente de ellas. Además al final de todo lo que pueda decirte mi madre, cuando le cuentes como nos corrieron al igual que yo le dará gusto saber que no tendrá que compartirte con nadie.
Entonces mi padre se soltó riendo.
Y es que no todos los hombres son verdugos o tiranos,también hay hombres,dulces,nobles,extraordinarios,que sufren, que lloran ante maléficas tiranas que usan el amor de sus hijos como la más certera de sus armas. Mas lo que no entendemos por soberbia,la vida misma se encarga de enseñarlo, a golpes de piedra.
Relato duro y hermoso sobre todo al final. Por desgracia ahora son muchos los que usan a sus hijos como lanza de ataque contra sus ex parejas sin darse cuenta del daño que hacen a sus seres queridos y a otros. Como siempre un placer el pasar por aquí, cada día conocemos un poco más de ti. Solo conociendo a la persona puedes entenderla y quererla, besitos desde Bilbao.
ResponderEliminarHola querido Manu, efectivamente, cada vez es más común que las mujeres o los hombres usen a los hijos como lanza de ataque aún sabiendo el daño que están causando a sus hijos...Gracias por llegar fielmente a nuestra cita y además de ello compartir mi blog en tus espacios....Besitos desde mi desierto y abrazo gigante...!!!
EliminarLo mejor de toda la historia María es que nunca prejuzgaste a tu padre por una historia que pertenecía a su pasado y al más estricto ámbito personal de su vida. Y es que lo más bonito entre el amor de un padre hacía su hija, o el de una madre, es que ese lazo prevalece y se tiende a comprender y a no juzgar el papel de cada uno en su pasado. Quizás sea un amor más puro y desinteresado que el amor romántico. Me gusta también la cita literaria que has incluido al final del texto, muy acertada.
ResponderEliminarBesos y como siempre un placer pasar por tus martes de Presentimientos y sentimientos.
Hola querido Miguel, no, nunca prejuzgué a mi padre, fue un hombre muy noble pero al fin de cuentas un ser humano, tocas un punto muy importante, con respedto al amor Padre - Hija *Quizás sea un amor más puro y desinteresado que el amor romántico.* Pienso lo mismo, la cita, es curioso, cuando terminé la entrada viniste a mi mente, de alguna manera tuve el "Presentimiento" de que te gustaría...Gracias por la fidelidad de mi blog y compartir mis letras en tus espacios, te mando besitos y un abrazo gigante...!!!
EliminarQuerida María, una historia que da las claves del amor que sentía tu padre por ti, te hizo cómplice de sus desvelos e inquietudes y te pidió ayuda, eso demuestra lo importante que eras para él.
ResponderEliminarPero también nos cuentas la injusticia que muchos cometen cuando llenar de odio los corazones de los niños y los utilizan para hacer daño. El ser humano no tiene género para la bondad, para el amor, para la generosidad,... no por ser hombre se es tirano, egoísta y maltratador, tienes mucha razón.
Un placer leerte amiga y estar presente en tus Presentimientos.
Miles de besos linda María y feliz semana.
Hola querida Xus, ciertamente mi padre fue mi cómplice y yo la de él...Si, fui importante en su vida y eso me llena de fuerza y entereza, por otro lado, coincido contigo, la tiranía no es exclusiva del hombre, ahora sabemos que también hay mujeres maléficas, la injusticia y el egoísmo no distinguen sexo, está inmerso en el ser humano, pero aún hay mucho amor en el mundo, es el motor que lo mantiene girando en su eje, gracias por llegar y compartir mi blog en tus espacios, un placer recibirte amiga bellaaaaaaa....Besitos y un abrazo gigante...!!!
EliminarSe dan situaciones así en el mundo. Padres que lo són y no lo saben y padres que saben que tienen hijos y no les dejan acercarse. Si a un hombre se le niega esa parte de su vida y no lo sabe, él no es culpable de ese echo porque su pareja en su día no se lo dijo. Pero un acto de amor siempre es reconocible a pesar de que se haya roto la pareja. Un abrazo.
ResponderEliminarHola hermosa, qué alegría recibirte en mi blog, es cierto, este tipo de situaciones siguen dándose, lo más bello de tu comentario es lo que dices sobre que:
Eliminar*Un acto de amor siempre es reconocible a pesar de que se haya roto la pareja." Es algo muy cierto y muy profundo.
Gracias por llegar amiga, besitos y un abrazo gigante....!!!
Maravilhoso conto/Blog .
ResponderEliminarGracias
Hola hermosa, bienvenida a mi blog, besos y un abrazo gigante...!!!
Eliminar