La primera operación de mi padre había
debilitado mucho sus fuerzas, de pronto vi como mi gigante mágico que me había
rescatado de niña…aquél que todo lo sabía y lo podía estaba tan indefenso, llamándome como un niño….El
bastón donde apoyaba sus pasos había dado lugar a una andadera y me necesitaba
más que nunca.
Diariamente saliendo del trabajo, llegaba
a casa de mis padres, a veces aunque no se sintiera mal, sólo porque deseaba
que platicáramos bajo la sombra de ese
gran árbol yucateco. Me levantaba muy de mañana para dejar la comida lista
porque sabía que del trabajo llegaría a verlo.
A mi casa llegaba ya tarde y
dormía con el teléfono bajo la almohada porque casi a diario era llamada por mi
madre a petición de mi padre, pues no aceptaba que nadie mas lo llevara al
médico, noches tranquilas e intranquilas a la vez, en una sola ocasión Christian
apagó el teléfono sin que lo supiera y fue de los pocos días de ese tiempo que
dormí profundamente.
Esa tarde tocaba llevar a mi padre a su cita
médica. Esperábamos en la salita cuando llegó un joven cargando con un enorme
ramo de flores y una pañalera para su esposa que acababa de dar a luz. Hasta
ese momento, al ver su cara enamorada recordé que estaba olvidándome de mí, no
me pesaba en absoluto, pero pensé en Christian….Por las distancias de nuestros
respectivos empleos, yo siempre llegaba primero…Extrañaba recibirlo en casa con
un beso desabrochando su camisa, descalzando sus pies mientras hablábamos
alguna trivialidad del trabajo…y terminábamos visitando el paraíso, MI PARAÍSO.
Echaba de menos nuestros juegos amorosos, invadirlo en la ducha sin previo
aviso … La voz de la enfermera nombrando a mi padre apagó mis
deseos y me devolvió al presente. Al voltear a ver a mi padre,con su rostro cansado, sus
manos temblorosas aferrándose a mí al tomar la andadera, decidí que no era el momento de flaquear, él
había llegado a mi vida cuando más lo necesitaba…
Entonces me juré no abandonarlo nunca y esa promesa iba más allá de mi cansancio
o mis deseos, más allá incluso que mi vida misma. Decidí que así fuera y así sería.
ROMANCE
Había olvidado el
romance
con sus risas, sus
caricias
con cuanto ímpetu nace
entre suspiro y
delicias.
Había olvidado sentir
ese sabor de tu esencia
había olvidado vivir
seduciendo tu presencia.
Había olvidado que el mar
nunca a la playa se entrega
no escuchaba la razón
vaticinando mis penas.
nunca a la playa se entrega
no escuchaba la razón
vaticinando mis penas.
Había olvidado el
romance
los detalles ,las
miradas
los besos dulces, la
suave
caricia junto a mi
almohada.
Pero no olvidaba amarte
mar candente en mi
deriva
tan sólo olvidé sentirme
frágil…fuerte… ¡Y margarita…!!!
Hola Mari, me gusta eso de visitar el paraíso y un titulo apropiado para el poema, la manera como describes el anteponer las necesidades ajenas a las propias es loable pero no tan saludable. Pero a veces es como estar entre la espada y la pared. Un gran abrazo amiga
ResponderEliminarSi hermosa Alejandra,a mi también me gusta visitar el paraiso :) Y si era entre la espada y la pared...Pero el compromiso con mi padre era demasiado grande...le debía y le debo todo...Ahora desde el cielo cuida mis pasos :) GRACIAS HERMOSA...!!! Por embellecer mi blog con tu preciosa sonrisa y bellas palabras,ABRAZOTE :) ♥
ResponderEliminarHermosos versos María del Socorro. Agradezco que siempre nos hables del día a día, de las decisiones importantes...del amor. Muchos saludos.
ResponderEliminarHERMOSA JIMENA....!!! Gracias preciosa por llegar y sobre todo por volver a mis "presentimientos" GRACIAS MIL preciosa,besos y abrazos sin distancias...!!!
ResponderEliminarLeyendo tu relato recordé una charla con una amiga que quiero mucho. Ella me decía que su novio, más bien ex. había decidido casarse con sus padres al volver este al hogar paterno por cuestiones de pragmatismo.
ResponderEliminarMe identifique yo también en esa ocasión y nuevamente hoy con tu relato. Estuve casado por decisión propia con mis padres hasta que enviude. Supongo era normal que así sucediera aunque ellos se fueron, según yo, siendo jóvenes aún.
Saludos María. Lindo poema acompañando este relato.
Posdata: lo vuelvo a reproducir porque el anterior comentario se comió las H y se leía muy feo.
GRACIAS GONZALO...!!! Deja me levanto a saludarte y darte la bienvenida a mis "Presentimientos",Si,la verdad quizás la promesa hecha por voluntad propia a mis padres fue como un matrimonio ...estuve con mi padre hasta que se fue al cielo...él llegó a mi niñez cuando mas lo necesitaba y eso nunca lo olvidaré,gracias por llegar y por tus palabras,me alegra que te haya gustado el relato y el poema :) ,saludos cariñosos...!!! Sin distancias...!!!
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