La tarde estaba tan agradable, quizás el
suave viento de otoño que nos llegaba en oleadas, las hojas tapizando el suelo
embelleciendo el patio de nuestro refugio…
Pero no, era él, mi amigo, quien embellecía
el momento y me hacía reír a mas no poder,
me divertía tanto que tenía la magia de hacerme olvidar que la nube gris aún
estaba sobre de mí, que mi verdugo seguía siendo el mismo, que no había más esperanzas
para mi corazón…
-Escucha…Llega un hombre
muy mayor al cielo, se abren las puertas, lo recibe Jesucristo y le dice “pasa
buen hombre, cómo te llamas” el hombre no recordaba nada de su vida y le dice "No
lo sé, sólo recuerdo que tuve un hijo muy famoso y que fui carpintero " Entonces
Cristo abre sus brazos y le dice “! Papá…!”
y el anciano le contesta “Pinocho…!!!”
-JAJAJAJAJAJA…Por Dios,
me duele el vientre de tanto que me has hecho reír…
-Mi mujer
-¿También de ella haces
chistes?
-No corazón, ése es el
auto de mi mujer, espero no me lo eche encima
El chillido
de unas llantas al frenar acarreó una
gran nube de polvo cubriéndonos casi por
completo, la mujer estaba enloquecida y bajaba del auto al tiempo que encañonaba
su escopeta directo a mi amigo que la veía incrédulo, paralizado.
-¡De mí no vas a burlarte maldito…!!!-le gritaba los ojos desorbitados,
el rostro desencajado por una mezcla de celos y locura.
-Nada…nada de lo que sea
que estés pensando que sucede aquí es cierto-mi amigo trataba de calmarla, intentaba
acercarse a ella para quitarle el arma pero la locura la había rebasado, recargando
su escopeta le gritaba una y otra vez.
¡Te lo advertí...! ¡Te mataré a ti y a tu amante…!!!
Todo
pasó demasiado rápido vi como la mujer apuntaba a mi amigo…Un disparo…cerrando
los ojos me arrojé frente a él, cubriéndolo con mi cuerpo, un estruendo seguido
de una ráfaga me cegó desplomándome en
sus brazos…
El dolor era tan intenso que apenas podía respirar,
mi amigo me abrazaba, de pronto lo vi, su camisa cubierta de sangre…
-Estás… sangrando…
-NO, no soy yo, corazón…-fue
lo último que escuché, las voces de él y su esposa se oían cada vez más lejanas...
La caricia de unas manos sobre mi frente me
despertó. Ahí estaba, junto a mí como un ángel
-Por fin volviste,
corazón
A mi mente llegaron imágenes aisladas…aún no recordaba
del todo, pero lo más importante mi
querido amigo se hallaba sano y salvo.
-¿Estas bien?
-No lo estaré hasta que
no te saque de este hospital, sólo imaginar que te podía perder…-sus ojos grises
me rehuían pero no lo suficiente, se podía descubrir que una sombra de dolor
los oscurecía…
-¿Y tu mujer?
-Muy arrepentida, no
paraba de gritar “No quise hacerlo…” he
hablado con ella…Corazón, ambos sabemos que estás en tu derecho si deseas demandar…casi
mueres, por mí.
-No, claro que No, sabes
que está enferma, apenas puede con sus
nervios, sólo confíscale esa escopeta
por amor de Dios...
Y ambos reímos.
Lo tenía tan cerca, sus manos
acariciaban mi rostro, hubo algo... una tibieza en mi alma, se acercó un poco más
y un beso con destino a mi frente llegó a mis labios, dulce…ardiente…y
otra vez dulce e imparable…Un momento sublime en el que ambos premiábamos nuestras
almas, después de casi habernos perdido.
DIVINO (Poema
musicalizado)
Has curado mis alas
y también mis heridas
has calmado mis ansias
estas ansias furtivas.
Y he podido volar
por tu inmenso querer
me enseñaste a amar
Oh divino querer.
Divino
este amor es divino
como el mar, como el río
tan profundo y cautivo.
Divino…
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