Con una niña en brazos, sola,
con el corazón partido por la decepción de su más grande amor mi madre regresó al rancho de la abuela, pero
el volver como “madre soltera” era para su familia una vergüenza y un gravísimo
pecado.
Una etapa muy difícil en mi niñez
fue a los cuatro años, edad a la que ingresé a la única Escuelita del rancho de
la abuela. Al maestro, un joven recién egresado le faltaba un alumno para
completar su grupo y le otorgaran su plaza, supo que en el rancho de Victoria
Hernández había una niña y le suplicó a mi madre que me inscribiera, ella
aceptó y esa misma noche, mi madre que siempre ha sido muy creativa e
inteligente, con un viejo pantalón "Levis" me confeccionó una mochilita para mis libros y así se preparó para llevarme al día siguiente a la Escuela. Me levantaba a las cinco de la mañana
pues duraba una hora en bañarme, cambiarme y cepillaba mis largos cabellos como
si en ello le fuera la vida, me jalaba tanto
al trenzarme que he atribuido a eso mis ojos rasgados.
Luego me daba el desayuno que
consistía en un filete, frijoles refritos y un vaso con leche recién ordeñada y
de "lonche" para la Escuela unos tacos y un pequeño refresco de Coca
Cola, en ese tiempo nadie hablaba de la alimentación balanceada. Mi abuela se
dedicaba a la cría de ganado, cerdos, guajolotes, gallinas y todo animalito que
tuviera pies, ella lo criaba y en eso consistía el menú.
Como en todas las rancherías y pueblos
pequeños, ya se sabía que mi madre había sido abandonada por su esposo, algo en
ese tiempo muy criticado no sólo por los adultos, en la Escuela yo era víctima de burlas de eso, de mis
trenzas, de mi mochila, de que no llevara vestido como el resto de las niñas sino overoles confeccionados por mi
madre.
Una mañana las niñas más grandes
dibujaron al maestro en globos colocándolos en las paredes del salón, me
culparon a mí con el maestro y él muy molesto me golpeó con una vara en
mis piernas. Cuando los demás niños vieron
como me golpeaba uno de ellos se asustó y habló diciendo la verdad, que habían
sido las niñas grandes las causantes de la travesura. Uno de mis pies se hinchó
y no podía moverlo .Tras haberle avisado, mi madre había llegado corriendo, el maestro me veía
asustado, en sus ojos rojizos que nunca olvidaré se veía la culpa. Mamá sólo me
tomó en brazos y rápidamente ya
estábamos en casa, mientras mi abuela hacía un remedio casero para curarme.
Al día siguiente el maestro se
presentó en el rancho con un pequeño
regalo para mí, en ese tiempo la Máxima Educativa era "Las letras con
sangre entran” no existían las disculpas y a mi madre sólo le importaba que yo
ya estaba bien.
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Con la pluma en mi mano pudiera decirte
que desde ése día el maestro cambió su trato para conmigo pero esto no es una
película americana es mi vida misma, mi corazón trazado en tinta.
Gracias
a mi asistencia el profesor obtuvo su plaza pero lejos de considerarme
por ser la más pequeña del grupo o por el favor que mi madre le hiciera al
haberme inscrito era sumamente injusto y duro
conmigo. Tan sólo a la salida, cuando mi madre llegaba a recogerme
acariciaba mi cabeza y le decía que yo era una niña muy inteligente mi madre
sonreía y yo recuerdo que en esos momentos… yo era muy feliz.
Así que a los 4 años de edad cursé el primer
grado de educación primaria y CON, SIN Y EN CONTRA DE TODO a los 5 años yo ya
sabía a leer y escribir.
Épocas no tan antiguas donde las madres solteras eran señaladas por la <> por suerte ya superadas. Inicios duros y difíciles e incluso tristes, lo que ocurre es que a esas edades no nos damos cuenta de los comportamientos de los mayores y con que nos quieran nos es suficiente. Por cierto la dieta balanceada se da también aquí en España pero no solo es cuestión de dieta también es cuestión de actividad, deporte, caminar y no estar tanto tiempo delante de una pantalla. Un beso desde Bilbao.
ResponderEliminarEfectivamente querido Manu,la capacidad del perdón y el olvido de un niño es tan grande que basta con sentirse querido para olvidarlo todo,desde un regaño hasta los golpes,claro que nada de ello debe de existir,los niños deben ser intocables,esperemos nuevos días para ellos....Y por otro lado que bueno que llegó la dieta balanceada,claro hacer algo de ejercicio es indispensable y saludable....Te quiero miles mi chico de Bilbao
EliminarGracias por ESTAR...Te mando abracitos y besitos...Infinitos...!!! :)
ay ay ay María,esos desayunos mas parecían almuerzos jajaja con muchas vitaminas sobre todo debe de haber sido muy delicioso!! por otra parte desde muy pequeñita conocistes la hipocresía y maldad..pero tambien el amor de tu tía que creo que eso fue lo más hermoso ..besitos
ResponderEliminarAjajajaja....Seeee esos desayunos eran almuerzo....Ajajajaja...Y si,el amor de mi madre y de mis tías fue el mejor elixir en mi niñez y lo sigue siendo y siempre lo será....Es la única magia que puede contrarrestar el dolor...Gracias por llegar querida Lili y embellecer mi blog con tu cálida y bella presencia...
EliminarMiles de abracitos y besitos infinitos hermosaaaaaaa....!!! :)
Esos son desayunos y lo demás son tonterías, pero que bueno!!
ResponderEliminarY los peinados mañaneros, que fuerte! Y que paciencia :-)
Por otro lado la hipocresía del maestro demuestra la miseria del género humano.
Como siempre tus relatos apegados a la realidad y sacando lo mejor de tu tinta. Besos María y feliz martes de Presentimientos.
Siii...!!! Esos si eran desayunos :DDD Y ay esos peinados,pero mi madre me traía siempre impecable...
EliminarYo no guardo ningún rencor a mi maestro,sin embargo,nunca olvido esa mirada suya...
Gracias por llegar querido Miguel y dejar la fuerza indeleble de tu tinta en estas bellas palabras que siempre me dejas...
Abracitos y besitos,nunca pocos...Siempre infinitos...!!! :) TQM
Maravillosa entrada música que llega al alma que solo tu sacas de tu piano Mágico Muchos abracitos y aplausos desde el palco
ResponderEliminarGracias mi querido Isidro...Tu fidelidad a mi blog y a mi persona es inconmensurable....Con todo gusto me inclino ante los aplausos de un maestro de la vida como lo eres tú...
EliminarTe quiero y admiro infinitamente...
Abracitos y besitos....Infinitos...!!! :)
Cada día que pasa, y se acerca el incesante e imparable horizonte de toda vida, es mas fácil de aceptar, conociendo que en esa atalaya etérea, podré compartir visiones, con sensibilidades como la tuya. Trasgu
ResponderEliminarHola Joaquin...Qué alegría recibirte en mis Presentimientos y que alegría recibir tan bellas y bondadosas palabras hacia mis letras y mi persona...Gracias por llegar,te mando besitos y un gran abrazo...!!! :)
EliminarLa escuela de Maria Del Socorro hizo con que yo me acordara de mi. Mi primera escuela, en Viçosa, en el estado de Minas Generales/Brasil, en 1963. Yo estaba con 7 años. El primer día de clase, casi todos los alumnos se pusieron a llorar así que fueron dejados a los cuidados de las profesoras por los padres y madres. Y las varas de bambu, que servían para todo, inclusive para disciplinar las clases, estaban siempre a puestos. Yo aún sentí el golpe de muchas varas de bambu en las piernas, así como a Maria Del Socorro, generalmente porque era muy tímido o no conseguía aprender derecho la matemática. Todo el resto de la descripción es muy parecido con mi historia y mi realidad.
ResponderEliminarBeijos e abraços, Maria
Si cielo,somos parte de esa generación de la escuela tradicional donde el lema era "Las letras con sangre entran" Y los padres lo permitían pues era "Por nuestro bien"...Quisiera decir que esto ha cambiado,pero aún hay docentes sin tacto pedagógico,sin vocación,que tomaron la carrera por el sueldo que es seguro y siempre hay paga llueva o truene...
EliminarEn fin,estamos sembrando conciencia,sin importar cuando sea la cosecha....Gracias por llegar querido Eugenio,por llegar,por comentar,por compartir y sobre todo por tu cariño y fidelidad hacia mis letras y mi persona....Eres totalmente correspondido,te mando,abracitos y besitos IN-FI-NI-TOS ;)