Mi padre y yo compartíamos muchas cosas,tan pronto como llegué a la adolescencia comencé a acompañarlo en sus diligencias,él siempre procuraba hacerlo en las tardes de esa forma yo no desatendida mis estudios.Cuando concluí mi carrera normalista mi apoyo era más sólido a la vez que iba aprendiendo a moverme en las esferas tanto políticas como sociales.
Salir con papá era sin horario de vuelta pero me gustaba hacerlo, así que acostumbraba cargar con un portafolio ejecutivo que de ejecutivo solo tenia el nombre, en su interior, era el custodio de un “lonch”, mi poemario,algunas plumas, dos gastados libros de Sor Juana y los Hermanos GRIMM , de modo que cuando sus asuntos lo retenían mas del tiempo necesario lo esperaba en el auto o en alguna banca escribiendo o leyendo, ahuyentando los recuerdos que de tanto en tanto llegaban sin ser invitados.
Había ocasiones en que me bajaba con él ,cuando la diligencia ocupaba respaldo, con mi portafolio en mano papá me presentaba como su licenciada, no especificaba que mi licenciatura era en EducaciónJ mi presencia y fino portafolio rara vez fallaban. Había casos complicados, contra Inmobiliarias que se vendían a empresarios, lobos sagaces que solo veían por sus intereses mezquinos y ambiciosos, llegaban a ofrecerle a mi padre fuertes cantidades de dinero a cambio de abandonar a los pobres necesitados, él nunca aceptó, siempre defendió a la gente humilde a la que querían despojar de lo único con lo que contaban, su vivienda. Mi padre ayudó a tanta gente, que no podría decirte tantos nombres….
Salir con papá era sin horario de vuelta pero me gustaba hacerlo, así que acostumbraba cargar con un portafolio ejecutivo que de ejecutivo solo tenia el nombre, en su interior, era el custodio de un “lonch”, mi poemario,algunas plumas, dos gastados libros de Sor Juana y los Hermanos GRIMM , de modo que cuando sus asuntos lo retenían mas del tiempo necesario lo esperaba en el auto o en alguna banca escribiendo o leyendo, ahuyentando los recuerdos que de tanto en tanto llegaban sin ser invitados.
Había ocasiones en que me bajaba con él ,cuando la diligencia ocupaba respaldo, con mi portafolio en mano papá me presentaba como su licenciada, no especificaba que mi licenciatura era en EducaciónJ mi presencia y fino portafolio rara vez fallaban. Había casos complicados, contra Inmobiliarias que se vendían a empresarios, lobos sagaces que solo veían por sus intereses mezquinos y ambiciosos, llegaban a ofrecerle a mi padre fuertes cantidades de dinero a cambio de abandonar a los pobres necesitados, él nunca aceptó, siempre defendió a la gente humilde a la que querían despojar de lo único con lo que contaban, su vivienda. Mi padre ayudó a tanta gente, que no podría decirte tantos nombres….
Era verano,mi padre presentaba un leve problema de salud, en apariencia nada grave, pero si de cuidado, tuve que llevarlo al Hospital aunque era un verdadero niño rehusándose a ir al médico y casi tuve que subirlo a empujones al auto para llevarlo.
Aprendí algo de primeros auxilios con mi madre y al hacerle la toma de presión me di cuenta que estaba alta.
Ese día, como todos lo que vivimos ya estaba predestinado, nos atendió un enfermero tan gentil como atractivo, sus ojos de mirada tierna llenaban de luz tanto como su sonrisa .El “CLIC” fue instantáneo, era como si nos hubiésemos conocido desde siempre, fue amable y paciente con los berrinches de mi padre ,al que canalizaron y dejaron en observación, papá me decía en su mirada “NO ME DEJES SOLO” y el atractivo enfermero también pareció leerle el pensamiento porque me permitió quedarme con él.
Aquella noche, en el cuarto de la Clínica leía a mi padre uno de mis poemas.
-¿Qué te parece papá?
-Muy bonito hija, deberías de publicarlos, podemos hacerlo
-Mmm...Quizás, algún día.
-¿Escribes poesía? ¿Me permites? –En ese momento, al darle mi poemario me pregunté cuanto tiempo había estado el apuesto enfermero detrás de mi y si me había escuchado mientras recitaba a mi padre uno de mis poemas, sentí el calor del rubor ascender a mis mejillas
Esperaba ansiosa su comentario, pero solo sonrió, entonces, después de una pausa, me comentó:
-Yo también escribo poesía, me reúno con un grupo de amigos algunos cantantes, otros poetas, tienes un bonito estilo, deberías de publicarlos. Porqué no los musicalizas? así con las ventas podrías pagar la publicación, tengo una amiga que podría ayudarte, mira, te daré la dirección, te esperare, nos reunimos todos los viernes.
Mi padre nos veía sospechosamente, como pensando ¿QUÉ ESTÁ PASANDO AQUÍ?...
-Mi hija es muy inteligente, es maestra,…-Y empezó como siempre lo hacia hablando maravillas de mi. ¡Me abrumaba…!! Pero mi recién amigo solo reía y al despedirse me dijo:
-Te esperaré, esta es la dirección-El muy tramposo incluía en su tarjeta, su mejor sonrisa.
Al día siguiente, dado de alta mi padre, camino a casa, empezó el interrogatorio…
-¿Vas a ir? Deberías hija, te hace falta salir y olvidar todo el dolor que te causó…ya sabes…
-Lo se papá… ¡OYE…!!! Yo debía de regañarte me apenaste diciendo tantas cosas lindas de mi.
-Porque me siento muy orgulloso de ti… sólo un idiota en este mundo no se daría cuenta lo que vales hija, ya conocimos a ese idiota, no creo haya mas como él…Bueno,esperemos que no haya mas.
Y ambos reímos.
Liberada de los yugos de un verdugo mi alma estaba en paz,ávida de vivir,pero debía tomármelo con calma,porque un corazón cautivo por tanto tiempo era más fácil de ser seducido por la más pequeña ilusión,sin embargo,era viernes,tomé la tarjeta que me diera el enfermero...Antonio,ése era su nombre...Y si,decidí acudir,me agradó la idea.
Más tarde, al bajar del auto, con mi poemario abrazado al pecho decidí que era tiempo de compartir poesía y hacer nuevos amigos.
Hasta mis oídos llegaba el ritmo de un conjunto musical….Una aterciopelada voz cantaba al ritmo de la bossa-nova…alguien gritaba ¡CUMBIA!!!
Una silueta se había asomado por el ventanal de la casa, minutos después,una mujer morena de rizada y espectacular cabellera negra se acercaba al portón de la entrada regalándome una sonrisa
-Hola, soy Lilì-sus grandes ojos negros, de estudiada coquetería...me sonrían, -Pasa María, Tony me ha dicho que vendrías…Bienvenida cariño.-Me decía saludándome con un beso en la mejilla, como si fuésemos grandes amigas, al sentir su cercanía, tuve un buen “presentimiento”…y le devolví la sonrisa a quien se convertiría en una de mis más entrañables y queridas amigas.