💖Resplandecía

     

       ¿Sabes? Seguro has escuchado esa frase que dice “Ten cuidado con lo que pides…”   Es cierto, le pedí a Dios un trozo de nieve en mi corazón para sanar mi decepción y me lo concedió…me dio  un corazón glacial que parecía bombear de nieve  todo mi ser…Así que  mi alma romántica, aún  sin un amor podía ser feliz .

   Y seguro te has de preguntar “Y bueno qué pasa con María, si ya entre ella y Christian se había  perdido todo, porqué seguía viviendo con él…”    Mmmmm…te diré, hay tantos motivos y no precisamente amorosos los que mantienen a las parejas unidas.

La mayor preocupación  de mi padre, incluso por encima de sus hijos de sangre era mi felicidad…Ya me había visto desecha por un verdugo que abusando de mi amor me había dejado en la calle…No quería que me viera nuevamente sola o derrotada, le pedí a Christian un tiempo para poder   comprarme una casa y él un tanto renuente  aceptó…Eso me daría tiempo a que  la salud de mi padre estuviera más fortalecida …Poder sentarme junto a él y decirle, “No funcionó papá”….Fuerte, independiente, como la mujer que él deseaba ver en mí.

       A la distancia puedo decir que Christian no era un mal hombre porque finalmente no podía culparlo por no amarme y aquella infidelidad de su parte  cierta o no, ya había dejado de ser el motivo de nuestra separación…éramos nosotros, tan distintos…tan opuestos.

 El tiempo siguió su paso como siempre, de manera inexorable. Entre el trabajo con mis ángeles, mis viajes  a la Sierra y el voluntariado con mi padre saboreaba mi felicidad…La de un corazón glacial que sin amor…ése cuya pasión me catapultó a la gloria, aun así, sin ese amor, el corazón resplandecía.

      Esa tarde, un poco más recuperada la salud de  mi padre, atendíamos en la pequeña enramada  que hacía las veces de oficina... J Era una familia quien necesitaba de ayuda, les habían cortado la energía eléctrica, con un bebé de apenas unos meses de nacido, el calor era mortal…     ¿Cuál era nuestro trabajo? Conseguir que les reconectaran el servicio eléctrico sin costo alguno, un trabajo para el hombre y un “cooler” para que soportaran las altas temperaturas.

      Así que al día siguiente, con papeleo del grupo en mano y mi radiante portafolio acompañé a mi padre a la Comisión de Electricidad. Por motivos circunstanciales mi padre no pudo darme su apellido, así que cuando convenía me presentaba como su Licenciada. Sólo que no especificaba que era Licenciada en Educación y sus adversarios políticos "viejos lobos de mar", me creían Licenciada en derecho y no los sacábamos de su error J Todo siempre en favor de una causa idealista.

   El recibimiento no fue muy educado, la recepcionista nos negó la entrada con el gerente, entonces mi padre visiblemente molesto y con voz muy fuerte le dijo:

-Mire señorita, ¡Me pasa inmediatamente con su jefe o ahorita mismo hago que la despidan…!!!

    Yo lo escuchaba enmudecida y la muchacha  temerosa, después de vernos a ambos se levantó del escritorio diciéndole:

-Enseguida lo paso señor

Y yo apenas conteniendo la risa le murmuré en voz baja

-Tú no puedes… en ninguna forma…. quitarle su trabajo.

-Sí, pero ella no lo sabe… J

En ese momento la secretaria salió dándonos el pase y mi padre muy formal me dijo

-¿Trae todo listo Licenciada?

-Si Don José, todo listo-Le contesté sonriendo, mientras mi corazón resplandecía, mis ojos le decían  “Eres grandioso papá”.

 RESPLANDECÍA

Muy a pesar del desamor y la traición

muy a pesar de que sintiera naufragar

¡Seguía su ritmo un corazón de  tempestad.!

 ¡Resplandecía…En medio de la mar!!

Frágil  navío, perdido sin timón

entre momentos de alegrías y de pesares

¡Seguía  su ritmo  el corazón de mis  cantares….!

¡Resplandecía...En medio de la mar!

Divino  elixir impulsaba su pasión

neblina gris  entre caminos de almendral

¡Seguía  su ritmo el corazón… dulce y glacial…!!

 ¡Resplandecía…En medio de la mar!!!