Aunque yo vivĂa una relaciĂłn parecida a
la de mi amigo, el desamor total, de alguna manera me parecĂa cĂłmico todo lo
que hacĂa para que su esposa no descubriera nuestra amistad, porque segĂşn Ă©l no
lo comprenderĂa. Por eso o por la escopeta que la mujer guardaba en el closet,
esperando nomas un solo motivo para usarla.
-Tengo la sospecha de que me
sigue-me habĂa dicho mi amigo aquella tarde
-¿que tendrĂa de malo que sepa de nuestra amistad? Le habĂa preguntado. Entonces
con su natural comicidad me habĂa respondido…Descubrirá enseguida lo mucho que te amo…y nos matará a ambos…
-AsĂ
que por eso es todo esto- le habĂa dicho
al ver el cartel de feliz cumpleaños, los paquetes de globos y los peluches.
-Si corazĂłn, si llega...Le dirĂ© “Mi amor, siempre te
quejas de mi falta de romance y de no recordar tu cumpleaños .Estoy
preparándote una fiesta sorpresa... ah mira ella es mi amiga MarĂa” En ese momento tu sonreirás dulcemente, no,
no tanto y la saludarás de beso sorprendiéndola
O amansándola pensé
-En serio…
¿No crees que eso te funcione,
verdad?
-Claro-me habĂa dicho con sobrado optimismo- De modo que
sobre la mesa de su oficina siempre que llegábamos sacaba el cartel de
cumpleaños, los globos, todo preparado por si su celosa esposa llegaba
sorpresivamente.
Pasábamos
largas horas platicando, de nuestros verdugos, del trabajo, de nuestros sueños,
nuestras tristezas, de la vida y la muerte…la reencarnaciĂłn, del más allá…siempre
terminábamos con el tema de los grandes amores…y de nuestra amistad, la cual
era sublime, superior a cualquier amor, que trascenderĂa más allá de la muerte.
Continuamente me repetĂa, siempre contarás conmigo,
nunca, nunca dudes de que esté contigo.
El trabajo,
la pluma y el papel y esas grandiosas horas con mi amigo hacĂan más llevadera
mi vida, era un luminoso rayo de sol en
medio de un dĂa nublado.
Mi amigo era
en una bella alegorĂa el caballero que junto con mi alma recogĂa los trozos de mi corazĂłn…Que con su brillante
espada me protegĂa acompañando mi sendero, un sendero lleno de espinas y
algunas bellas…muy bellas pero venenosas rosas, cuyo nĂ©ctar adormecĂa mi
conciencia y mi sentir.
LAS HORAS
Me parece demasiado lento
el caminar de las horas y del tiempo
espero intranquila,
se vaya la noche y regrese el dĂa.
Quisiera ¡oh, quiero tantas cosas!
hacer venir veranos ya gastados
para borrar aquellos malos pasos;
¡que vuelvan las horas que compartĂ contigo!
y se lleven los aires ¡ tantos anhelos perdidos!
Horas… tan lentas, tan presurosas
esclavizan al ser con sus andadas,
y al riguroso orden de las cosas
lo pierden, lo someten y lo acosan.
Horas, dĂas y meses
forman el eslabĂłn de la existencia,
la muerte en sus lunetas se divierte
y el destino se juega en unas horas.
Horas, dĂas y meses
ramas de árbol que eternamente
nace, mueren y florecen.
“Siempre he
creĂdo que hay momentos en que la palabra GRACIAS no es suficiente luego
entonces pienso… te darĂ© lo que soy, lo que dicta mi alma, de lo que está hecho mi corazĂłn
y entonces decido regalarte mi poesĂa.”
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