miércoles, 15 de mayo de 2013

đź’–Las horasđź’–


      Aunque yo vivĂ­a una relaciĂłn parecida a la de mi amigo, el desamor total, de alguna manera me parecĂ­a cĂłmico todo lo que hacĂ­a para que su esposa no descubriera nuestra amistad, porque segĂşn Ă©l no lo comprenderĂ­a. Por eso o por la escopeta que la mujer guardaba en el closet, esperando nomas un solo motivo para usarla.

-Tengo la sospecha de que me sigue-me habĂ­a dicho mi amigo aquella tarde
-¿que tendrĂ­a de malo que sepa de nuestra amistad? Le habĂ­a preguntado. Entonces con su natural comicidad me habĂ­a respondido…Descubrirá enseguida lo mucho que te amo…y nos matará a ambos…
 
 -AsĂ­ que  por eso es todo esto- le habĂ­a dicho al ver el cartel de feliz cumpleaños, los paquetes de globos y los peluches.   
-Si corazĂłn, si llega...Le dirĂ© “Mi amor, siempre te quejas de mi falta de romance y de no recordar tu cumpleaños .Estoy preparándote una fiesta sorpresa... ah mira ella es mi amiga MarĂ­a”   En ese momento tu sonreirás dulcemente, no, no tanto y la saludarás de beso sorprendiĂ©ndola
O amansándola pensé
-En serio…  ¿No crees que eso te funcione, verdad?
-Claro-me había dicho con sobrado optimismo- De modo que sobre la mesa de su oficina siempre que llegábamos sacaba el cartel de cumpleaños, los globos, todo preparado por si su celosa esposa llegaba sorpresivamente.
      Pasábamos largas horas platicando, de nuestros verdugos, del trabajo, de nuestros sueños, nuestras tristezas, de la vida y la muerte…la reencarnaciĂłn, del más allá…siempre terminábamos con el tema de los grandes amores…y de nuestra amistad, la cual era sublime, superior a cualquier amor, que trascenderĂ­a más allá de la muerte.
         Continuamente me repetĂ­a, siempre contarás conmigo, nunca, nunca dudes de que estĂ© contigo.
        El trabajo, la pluma y el papel y esas grandiosas horas con mi amigo hacĂ­an más llevadera mi vida, era un luminoso  rayo de sol en medio de un  dĂ­a nublado.
       Mi amigo era en una bella alegorĂ­a el caballero que junto con mi alma recogĂ­a  los trozos de mi corazĂłn…Que con su brillante espada me protegĂ­a acompañando mi sendero, un sendero lleno de espinas y algunas bellas…muy bellas pero venenosas rosas, cuyo nĂ©ctar adormecĂ­a mi conciencia y mi sentir.

LAS HORAS

Me parece demasiado lento
el caminar de las horas y del tiempo
espero intranquila,
se vaya la noche y regrese el dĂ­a.

Quisiera ¡oh, quiero tantas cosas!
hacer venir veranos ya gastados
para borrar aquellos malos pasos;
¡que vuelvan las horas que compartĂ­ contigo!
y se lleven los aires ¡ tantos anhelos perdidos!

Horas… tan lentas, tan presurosas
esclavizan al ser con sus andadas,
y al riguroso orden de las cosas
lo pierden, lo someten y lo acosan.

Horas, dĂ­as y meses
forman el eslabĂłn de la existencia,
la muerte en sus lunetas se divierte
y el destino se juega en unas horas.

Horas, dĂ­as y meses
ramas de árbol que eternamente
nace, mueren y florecen.



“Siempre he creĂ­do que hay momentos en que la palabra GRACIAS no es suficiente luego entonces pienso… te darĂ© lo que soy, lo que  dicta mi alma, de lo que está hecho mi corazĂłn y entonces decido regalarte mi poesĂ­a.”


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