La última Navidad en el rancho de la abuela fue inolvidable en muchos sentidos. Recuerdo que en la víspera de la Nochebuena llegaron familiares a visitar a mis primos, ellos vivían en el mismo rancho el cual era grandísimo. Había un alboroto pues los parientes habían llegado con grandes cajas de regalos ... ¡Primorosos juguetes de cuerda...!!! libros con personajes que se desplegaban como por arte de magia de su paginas... ¡barbies…!!! Eran regalos para los primos, ni la abuela ni mis tíos pensaban en que la pequeña María estaba presente, con el espíritu ido ante tanta belleza que emergía de las enormes cajas de cartón, sólo mi madre, ella si lo notó y sin decir nada me tomó de la mano y me apartó de con ellos.
Ése día caminamos por el rancho un buen rato, fui una niña muy inteligente y extrañamente no recuerdo de qué hablamos, pero al regresar al que era nuestro cuarto mi madre me sentó a su lado, tomó una sábana blanca y algunos retazos de tela, hilo y aguja y empezó a cortar, esa noche me quedé sobre la cama atenta y absorta mientras sus manos cortaban y cocían de las telas, hasta que poco a poco el sueño me venció.
A la mañana siguiente lo primero que vi junto a mi fue una tierna muñeca de trapo de largas piernas dentro de una bolsita también de tela y varios vestiditos ¡Cosa más bella…!!! Y abracé a mi madre recuerdo... con tanta fuerza.
Horas más tarde era Nochebuena, todos esperaban por abrir sus regalos pero yo no habría cambiado la más brillante envoltura ni el más caro regalo por mi muñeca de trapo, papá ya cortejaba a mamá así que llegó trayéndome una enorme y preciosa muñeca y la tía Conchita me regaló unos listones de colores brillantes para mis trenzas. 😃😃
Horas más tarde era Nochebuena, todos esperaban por abrir sus regalos pero yo no habría cambiado la más brillante envoltura ni el más caro regalo por mi muñeca de trapo, papá ya cortejaba a mamá así que llegó trayéndome una enorme y preciosa muñeca y la tía Conchita me regaló unos listones de colores brillantes para mis trenzas. 😃😃
Esa fue la última Navidad en el rancho, entrando el año mis padres se casaron en contra de la voluntad de la abuela, quien no aceptaba a papá porque le doblaba en edad a mi madre.Aunque tiempo después circunstancias adversas en las cuales él la ayudaría le harían cambiar su opinión, porque papá no sólo nos amó a mamá y a mi, también quiso a la abuela, a los tíos y a todos.
Hoy en día quisiera pensar que ya no hay pequeñitas discriminadas, pero la realidad es que hay muchas que no sólo en Navidades sino todos sus días en los cuales pasan inadvertidas, ante la indiferencia de algunos adultos que no bajan su mirada ante quien está necesitado. Más mi alma es esperanzada, creo que si cada uno de nosotros aportamos y contribuimos a que esto no suceda en nuestro entorno estaremos venciendo la batalla. También pienso que no necesitamos ir al África para ver el dolor, la desigualdad y ayudar, la pequeña María está muy cerca, a nuestro alrededor ahí, ahí podemos rescatarla y no permitir que le empañen su ilusión.
Autora:
Se cuenta que en una ocasión una mujer se acercó a la Madre Teresa de Calcuta para decirle “Quiero ayudar, llévame contigo” A lo que ella sabiamente respondió “No necesitas ir conmigo, tú tienes tu Calcuta”.
Así pues, desde mi "Calcuta" les mando un gran abrazo para desearles...
Así pues, desde mi "Calcuta" les mando un gran abrazo para desearles...
¡Felices fiestas decembrinas queridos amigos y amigas....!!!