“Señor, ayúdame y perdóname” Esa era mi plegaria, en el estudio,
frente al espejo, mientras me preparaba para visitar a mi padre….Era su primer día fuera de la clínica, después de
varias semanas internado, mi madre había preparado una comida para recibirlo y
reunirnos.
Por ningún motivo podía permitir que mi padre sospechara de mi separación,
de mi fracaso…, mucho menos del dolor que se anidaba en mi alma .así que le
pedí a Christian que me acompañara…SI,
la tranquilidad de mi padre estaba por encima todo.
Y aunque pareciera una locura,
Agradecí a mi Dios haber vivido en el pasado con un verdugo, al menos había
aprendido a fingir, a ocultar el dolor por terrible que fuera. Dolor… Un leve
dolor se agolpó en mi cerebro…Me había
sucedido antes, en la clínica, algunas noches mientras cuidaba de papá…Pero se
había pasado rápidamente.
Los últimos toques de rubor en
mi rostro, los aretes, un poco de labial y listo. Sí, me veía muy bien.
Al vernos llegar el rostro de mi
padre se iluminó causándome un leve dolor en mi corazón, los médicos dicen que
el corazón no duele, que sólo es un musculo, pero…aquel día a mí me dolió el
corazón mientras mi padre sonreía lleno de felicidad.
-Hija. Christian hijo, pasen…vieja ¡ya está aquí mi hija…!!!
Tomé la mano de Christian y le
sonreía mientras nos acercábamos a papá…Como una mujer enamorada, porque quizás
aún lo estaba.
-Papito, por fin en casa papá
-Suegro como está-Lo saludó Christian mientras nos instalábamos en torno a
mi padre
-Hijo, que feliz me hace verlos aquí, conmigo…-Luego mi viejo volteó a
verme, su mirada llena de amor-Cuando conocí a mi mujer, le juré que nunca la
abandonaría ni a ella ni a nuestra hija y así ha sido…Y así será, he sido muy
afortunado, le doblo en edad a mi mujer
y aun me ama…Cuando mi hija te presentó conmigo te confieso, te digo la verdad,
tenía mis dudas…Sobre todo porque ella
había sufrido mucho antes de conocerte,
un canalla le destrozó el corazón, pero me has demostrado que eres un hombre
cabal…ven hijo y abrázame, gracias…por hacer tan feliz a mi hija.
Horas más tarde, ya en casa, me sentía tan agotada…me encaminé al
estudio cuando el brazo de Christian me aprisionó Y empezó una fuerte
discusión.
-¿Que sucede?
-Hasta cuando….te pregunto, hasta cuando podrás perdonarme. He hecho todo
cuanto me has pedido, hasta fingir con tu padre que somos la pareja ideal,
cuando apenas me diriges la palabra.
-Perdóname entonces tú a mí, yo no pienso dar marcha atrás
-Quisiera saber dónde está la mujer de la cual me enamoré…eras tan dulce ¡Te desconozco..!!
-Te lo suplico, estoy agotada, necesito descansar…no me siento bien, por
favor
-¿Es por Antonio? Quizás en el fondo siempre lo amaste a él
-Por Dios…no hables de alguien que no está presente para defenderse…
-Pero quisieras que estuviera, para correr a su lado
-No no, no…No es Antonio. Ni
siquiera esa mujer con la que te besaste en nuestra casa…Sencillamente ya no
funcionará…Algo, algo se rompió aquí en mi corazón que ya no me deja continuar.
-Pues entonces fin de la farsa ¡De una buena vez...!
-No, por favor
-¿Porque no? ¿De qué tienes miedo?
Que sepan que no eres tan auténtica como creen…Que pensarían tus amistades si
supieran como finges ser la esposa enamorada...la dulce maestra idealista que no puede ser capaz de perdonar.
Entonces no pude más y empecé a llorar…Y extendiendo mis brazos le grite:
¡Adelante, termina
conmigo…!!! .. Lo que queda de mi…Pero
no olvides que me amaste y… yo también te amé…Recuerda eso antes dar el golpe
final.
Aunque
no exista amor entre los dos
y
tu soberbia esté ante mi rendida
resulta
inevitable nuestro adiós…
una
flor que el dolor dejó marchita.
Aunque
frases hirientes han reinado
en
lo que ayer llamabas nuestro mido
¡A pesar de que todo está perdido…!!!
hubo
alguien que amaste y fuiste amado
No
se puede decir que no hay pasado
o
intentar que con una pincelada
se
pudiera borrar lo edificado
por
dos almas que ayer fueron amadas.
Aunque
no exista amor entre los dos
y
me sientas lejana, fría, ausente
aunque
no existe amor entre los dos
no
permitas que el rencor reine en tu mente.
Aunque
frases hirientes han reinado
en
lo que ayer llamabas nuestro mido
a
pesar de que todo está perdido
hubo
alguien que amaste… y fuiste amado.
Anida
en tu alma,ante el dolor cautiva,
un
elixir de amor a tus heridas.